miércoles, 12 de mayo de 2010
Ariel de la Peña. Diana Cazadora.
Ella no amamanta, no colecta, no siembra; ella caza. Acecha velada y paciente; avanza con disimulo, casi mustia; encuentra el momento, la oportunidad, el guiño de la diosa fortuna y ataca sin el menor recato, contundente; una vez la presa en mano, herida irreversiblemente, la defiende con rabia, sin escrúpulos ni pudor de ser necesario.
Así Diana, el bronce perenne de la belleza altiva y brava.
Galería al aire libre de la Zona Rosa.
Génova y Hamburgo.
Col. Benito Juárez. Del. Cuauhtemoc.
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